Vendré a ti cuando estés triste, cuando la sombra de tu pasado te agobie, cuando tu alma deje tu cuerpo yerto, yo estaré ahí.
Hombre de infinita sabiduría no temas ante la muerte sabes que sólo es una transición de un lugar a otro.
Te tomaré de la mano y sólo sentirás el frío y la oscuridad que te visitarán a tus aposentos mientras estés acongojado; pero no me confundas querido mío pues sólo irán conmigo a los que elijo ¡ No eres nadie para decirme que ya debo llevarte!
Vendré a ti cuando yo quiera.