Aquellos días
tu voz me cuidaba
abrazaba mi vida
con pocas palabras
Me daba un rumbo
cuando yo andaba
perdida en absurdos;
luchando batallas.
Ahora que tengo
tu figura al frente,
me invade un miedo
de tenerte realmente.
Miedo a que el tiempo,
no sea suficiente;
para volvernos eternos,
y guardarte en mi mente.
Miedo a tus besos,
que dibujo lentamente;
memorizando tus gestos,
incauta y sonriente.
Miedo a quererte,
mas de lo que debo;
a que el destino acierte,
y te vuelvas placebo.
Hoy le pido a tus ojos,
que rimen con tu voz;
y le pido a tus antojos,
que me cuiden el corazón.
A tus brazos les ruego,
esa paz de tu voz,
que llena mi cuerpo
de un aire protector.
Espero que tus manos
escriban dulces versos
como tu voz recitaba,
aquellos días, tan nuestros.