Ella levantó su copa con picardía
él la sostenía de la cintura
-Era el calor del momento- ella se decía
mientras él le daba media vuelta a su cordura.
Ella dejó caer su copa mientras el besaba sus labios
con voz nerviosa le decía:
-No lo hagas siento que nos espían-
él ya no la escuchaba, porque la quería
tendida en el escritorio de su oficina.
Al sentir la virilidad de su hombre ella gemía
remolinos de emociones que le invadían
el disfrutaba de las embestidas
mientras mordía sus pezones con delicia.
Enredaba en sus dedos los cabellos de ella
al sentía el agua de su fuente
ella lo deseaba era evidente
y el terminar no quería.
Le dio la vuelta y acariciaba su espalda
sus manos hacia el sur se dirigían
ella apretaba los labios al sentir el roce de su cuerpo
empezó a temblar extasiada
completamente suya la hacia
un gemido que de ambos provenía
era la secuela de su obsceno juego.
Estaban ebrios de deseo
mientras el reloj avanzaba
y cuando el final se aproximaba
ella se arrodilló rendida
él derramaba la simiente en su boca
-Eres magnifica- le decía
y ella aun con su miembro jugaba.
Luego los dos en el piso yacían
tanta pasión esa oficina albergaba
rápidamente se vestían
y ella su rostro maquillaba.
Llegaban todos de su almuerzo.
pero a ellos eso no les importaba.
ella siempre con sus lentes
a la mujer ardiente ocultaba.
Siempre una reunión queda pendiente
entre el jefe y su secretaria.
Torbellino. 2021