JUSTO ALDÚ

PUNTUAL, COMO LOS RELOJES

 

¿Detenerme Yo? 
En ninguna parte.
Camino al ritmo de los días, con los zapatos del tiempo. 
No pido nada, no tengo por qué pedir nada. 
Exijo que tomen nota de mi última palabra porque no repito los segundos, 
los vivo.

Vivo en presente, jamás en pasado. 
Si tu falda se enreda en mi destino, sin quererlo mis caricias bajo ella imagino. 

Después que me beba un trocito de tu cielo
me detendré en el jardín
de tu cabello
y con tu aliento
secare mi amor
a pleno vuelo. 

En principio fueron los años mi peor enemigo
Hoy tengo los siglos
como amigos
No tiene objeto que dudes. 
Es terrible la espera y la angustia. 
La vida es eso
y el tiempo
se consume. 
Ni lo bueno,
ni lo malo se reasume. 
Todo pasa por el tiempo
que a veces sin notarlo nos sacude. 
Creedme, toda esa morbosa curiosidad, 
pasa con exactidud
y en mi caminar hace que se esfume.

Me vuelvo exasperante
-sucede a menudo-
Descorro la cortina de los años y me quedó mirado hacia afuera durante largas horas. 
Ver pasar a la gente, 
escuchar los ruidos,
luego llaman a la puerta, 
es el reloj,
puntual como testigo.

Veo el mar, pura reventazon. 
Arriba el sol marrón, 
abajo el tiburón. 
Ese verde mar que cruzaron los conquistadores. 
¿Imperiales invasores o
distinguidos inversores? 

Todo exacto, puntual como los relojes.

Déjenme latir con el tambor de los días de fiesta. 
Déjenme ser el último de los árboles de la plaza. Establecer el vals definitivo. 
Bailar quizá con otra, 
aunque ya no estés conmigo. 
Trato de armar un te quiero con el eco de canciones, alguna vez un tango,
alguna vez milonga
o tal vez prefieras un jarabe tapatío,
una ranchera
o de mi patria
un buen tamborito.

¿Pará quién vuela el tiempo, igual que los relojes?
Mis hijas corren tras él, 
bajo la tarde y con mis consejos.
aprendran esa famosa palabra: \"libertad\". 
Madurarán ternura
y construirán la exactitud, aunque no perfecta, igual que los relojes día a día. 

JUSTO ALDÚ 
Panameño 
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