oscar perdomo marin

Y FUE ASÍ

Y FUE ASÍ

 

Y fue así: una flor en el camino,

silvestre de vida corta como beso robado

o el suspiro de una mariposa

cuando roza la hierba en primavera.

 

 

Y fue así: intensamente fugaz

como la luna llena

cuando el amanecer se acerca;

como una burbuja de agua

que se disuelve entre miríadas de burbujas.

 

 

Y fue así: poderoso como la desmemoria,

y los recuerdos que tratan de borrarla,

para que un te quiero sea permanente

y no tenga noches ni días.

 

 

Y fue así: un instante tan largo

como el gemido de un orgasmo

interrumpido por el miedo.

 

 

Y fue así.

Yo no quise que ocurriera y tampoco

que se borrara como vino; así como la sombra

de un escarabajo en el desierto,

como exhalar la fatiga de la sed no satisfecha

frente al agua salada a pleno sol de las dos de la tarde,

justo en la línea imaginaria del Ecuador

entre fangales y cocodrilos y serpientes;

justo en el instante en que la línea

delgada entre vida y muerte se desgasta

y un salto convulsivo nos aferra

al milagro de respirar.

 

Y fue así.

No lo inventé cuando la cuerda

despreció mi cuello al comprobar

que no tenía alma de suicida

y que desear el fin era solo un capricho

de hablador contumaz.

 

Fue así –de breve- como te conocí

y así de fugaz ocurrió la despedida

cuando no te encontré al lado mío,

al despertar de un sueño que jamás existió.

 

Fue así, sin razonar, que me quisiste

y fue así, como tu nombre se transformó en olvido.

¡Y fue así! nunca de otra manera.

 

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Caracas, 4-11-2014