Pablo240

Soneto II

Me gustas por tus sueños y por tus cicatrices

por tus ojos al viento y tu alma devorada.

Me gusta tu boca cuando te sientes amada,

tu cuerpo parece un oleaje entre flores grises.

 

Me gustas bajo el sol de abril, cuando huyen las sombras,

y el alma entre tus manos parece abrazar la vida.

Me gusta en el invierno, tu voz al fuego ceñida

por que entre las horas heladas, tú allí me nombras.

 

Me gustas por las luces que esparces en las ramas

y despiertan de un sueño en el que estaban muertas.

Así despierta mi corazón cuando tú me amas.

 

Aquí me gustas. Tu figura suave abierta

se pinta entre los cielos. Desde allí, tú me llamas.

Dejo aquí el viejo canto, y mi amor sube a tu puerta.