Si en ave pudiera convertirme,
remontaría el vuelo en tu dirección,
no importaría la larga travesía,
porque el alado sería mi corazón.
Evadiendo tormentas y montañas,
con cansancio, con frío, con calor,
sobre mares, ríos y tierras extrañas,
en un vuelo arriesgado hasta tu vera,
iría volando porque lo dicta la razón.
¡Ya no puedo con tanta lejanía!
Ni sin tus besos, vivir, mi corazón.
Volaría sin pausa noche y día,
exhausta, con denuedo, por amor.
Olvidaremos el tiempo transcurrido,
sin abrazos, sin caricias, con dolor,
porque al llegar te abrazaré
¡hijo querido!
y entre besos nos daremos mucho amor.