Si me mido a tus encantos
tal vez el fuego se apague,
y mi corazón deje de latir
ante la tiranía de ti.
Pero la prueba de tu amor
no será un pasadizo,
ni un laberinto, ni preguntas
sin sentido.
Porque sólo habrá la declamación
de tus labios cuando reciten
aquella confesión recóndita,
que cohibía tu alma y quizás el mar
tenga piedad de ti y te devele
tus versos en aquel jardín
que escribí para ti
mientras vi al sol reír..
Porque que difícil es vivir en
un sueño donde imaginás
que eres amor y no fuego.
Me puedo medir a la prueba
de tu amor...