de ti
me basta el
silencio
de tu sueño,
tu liviano pie,
tu boca que ríe,
el andar alegre
de tus piernas,
el café de la
mañana en la
mesa
de madera
blanca,
tu voz que es el
eco de mi
destino,
la savia de
nuestros árboles
donde habita
también nuestra
casa,
la lluvia de la
tarde
que incendia de
gris
el patio
de baldosas
amarillas.
Niña,
tu amor me
alcanza
y me salva,
y crece en mi
sangre
como una flor
perenne
y hace su nido
en mi corazón
agradecido.
Golem 11/11/2021
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