Gustavo Cavicchia

Mi niña azul...

de ti

me basta el

silencio

de tu sueño,

tu liviano pie,

tu boca que ríe,

el andar alegre

de tus piernas,

el café de la

mañana en la

mesa

de madera

blanca,

tu voz que es el

eco de mi

destino,

la savia de

nuestros árboles

donde habita

también nuestra

casa,

la lluvia de la

tarde

que incendia de

gris

el patio

de baldosas

amarillas.


Niña,

tu amor me

alcanza

y me salva,

y crece en mi

sangre

como una flor

perenne

y hace su nido

en mi corazón

agradecido.



Golem 11/11/2021

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