Salí de mi Pedregal
con el sol sonriendo vasto
me despidió una mañana
viendo en el “cardón” sus “datos”…
Los cujíes se mecían
y sollozaban sus ramos,
y el camino en polvareda
lo aplacaba con mi llanto.
Llegué hasta un nuevo jardín
con el trino de los pájaros
y me abrazó aquella tierra
con dulce jugo de mango.
Eva Lucía tu nombre…
Moró por aquellos campos
trajo a ti la primavera
le puso nombre a tus vástagos.
Se abrieron nuevas fronteras
van tus deseos remando
vuelven a mí los recuerdos,
que navegan como barcos.
Eva Lucía te escribo,
Eva Lucía te llamo…
Pedregal te echa de menos,
Los Andes te abren sus brazos.