Ben-.

Siluetas-.

Silueta del rencor, no vengas

tan de cerca, mira que tengo

un corazón noble, como de

leña. Fantasma del desprecio, que

en tantas camas te cobijas, no

me rompas todavía, como quien

rompe un cenicero.

Mi vida recta, y mi espacio ordenado,

son lo único que quiero.

Y a ti, indiferencia, río con mil agujeros,

donde el agua fría se enseñorea: no claves

en mí tus cuencas, que ya pasé por bastante.

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