Te lo dije, no quiero testigo, y tú como
siempre andabas con quién no quería
que viniera, y eso lo hacías para que
me enojará; ahora que no quiero verte,
vienes a que te ame, pero mi corazón
ya no siente ese deseo de tenerte,
la culpa no es mía, ya se me quitó
el gusto de tomarte en mis brazos,
acariciarte y amarte. Que pena así
de fácil te lo digo, no quiero amarte.