Dónde estás, amor de primavera
amor, fragancia, sobre mi almohada;
dónde te convertí en mi amada
en el primer sueño dónde te viera?
Dónde estás, amor de ensueño
que te convertí en ilusión amada;
cómo quién quiso ser tu dueño
que me da Dios de enamorada?
En mí estás como astro
de sol y noches estrelladas,
que cobijaron pensamientos tibios
sobre otras noches estrelladas;
buscando nuestra perfección
en unas noches desveladas.
Dónde estás, amor de mi carne
para purificar las lujurias;
que se dieron de mi parte
en mis sueños y noches taciturnas?
Lorena, todo esto hemos visto
y no es posible cerrar la puerta,
así como todo sucedió
en mi mundo imprevisto;
siempre mantendré para ti
el sueño de mi puerta abierta.