Había en ellos una especie de ruego,
como una búsqueda,
y encontraron en los míos más preguntas
y más enredos.
En ellos había un brillo húmedo,
como el rocío que moja el sendero,
y en los míos había ríos de penas sin olvidos.
Detrás de la búsqueda, los ruegos, las preguntas y las penas,
se esconde un manantial de colores,
sueños y utopías.
Está en el fondo el deseo
y emerge de vez en cuando como lágrima, suspiro, consigna o reclamo.
Se asoman a ellos tu capacidad de amar
y sólo quien sabe de profundidades
ha podido tantito ver desde ellos una puesta de sol
y el alba abandonar la oscuridad.