Se fue, como se fue el río silencioso
por donde sus pasos jamás regresaron.
Delicada y bulliciosa como hada pasajera
y de fragancia sutil perdida en lontananza.
Hoja de luna nueva que vivió como el viento,
hoja del camposanto con soledad y sin aliento,
ni más seca la hoja doliente con color a tierra santa,
ni más triste que la congoja de los mismos muertos.
Se fue, estela en el infinito, ausencia inmortal.
Tierra de agua que en ríos traga recuerdos,
corrientes de murmullos pálidos y mudos,
silencios recogidos en los silencios de los idos.
Se fue, se fue entre la arena y la mar
sin poder yo siquiera naufragar.