juankis

La promesa...*

*Continuando con  mis archivos de hace dos años encontré esta nota, espero sea de su agrado.                

Cuando en el dos mil cuatro empecé a enviar mis notas a la industria,  pensé  en si le darían lugar a un novato escritor, a un principiante prosista de confusas narraciones que mas parecían cartas al estilo colegial…  es que a mi perspectiva decía “tamaño periódico” ira hacerse  un rinconcito para mi?  Sin embargo  recuerdo  haber levantado muy temprano para ir corriendo muy a prisa…  ufff eran las  siete y cuarto, crucé la avenida  y me dirigí al quiosquito de siempre, el que esta en el paradero donde un añoso señor atiende… Caminaba aligerado con la idea de si era cierto eso que te publican los relatos en la columna de juvenil que aparece todos los sábados… caminé mas apresurado más y más, hasta que por fin… y me detuve a ojear la primera plana, no me hice esperar y pague mis 1.50 soles, entonces el cano señor muy sistémico sacó un ejemplar de entre la pila de diarios, pensé  vertiginosamente  en si estaba publicada mi nota, dejé atrás las columnas de local, de regional, y me salteé hasta la de juvenil que hasta ahora tradicionalmente aparece en la ultima parte del diario…

                Durante los días previos  había causado tanta expectativa en mí que no era para más,   desde que elaboré  aquella neófita y  apretada narración me emocioné al ver desplegado mí escrito en medio de los poemas que otros adeptos a la literatura devotamente enviaron, me pareció fantástico el hecho de compartir mis ideas enamoradizas y nostálgicas con medio mundo (eso era lo que pensaba, es que a la Industria lo lee casi todo Trujillo),  de regreso  caminaba lento lee y relee mi nota por si no hubo errores de expresión o tipografía ,  fue una satisfacción tan personal que no se lo dije a nadie, ni a mi familia, es que la pusilanimidad era mas que mi alegría… entonces me pasé casi toda la mañana revisando de rato en rato mi resumen también le daba justificaciones a la  imagen que le pusieron los diagramadores del vicedecano de la prensa nacional, es que yo no era el chico de la foto, ni la muchachita que aparecía abrazada al chico era  la niña que en esos días me despertaba este talento que mantuve contraído desde los quince años, desde los días en que había  convertido un viejo cuaderno marca “Justus” de cincuenta hojas en una suerte de diario;  en fin no me disgustó la idea de la foto al contrario ayudaba a darle sentido a mi susceptible cartita… Mas abajo al estilo post data estaba impreso mi nombre, y al costado mi correo electrónico -sonreí  al ver eso- y me hice sueños otra vez, pensé en las personas que posiblemente me iban a escribir, volé tan lejos que mis lozanos diecisiete años no se abastecían para tanto, luego después pensé en la muchachita que para esos días estaba lejos de mi alcance…  dos años atrás yo cada noche después de ver las noticias le dedicaba unos reglones en mi “justus” de cincuenta hojas…  y decía: -cuando ella vea esto-  es que a mi juicio iba siendo un escritor que a pocos iba saliendo del anonimato…

                Que ilusionado estuve aquella mañana… más era la alegría por hacer publica mi historia con una chica que en esas épocas se las traía,  que la idea de conocer a mis lectores, lástima que uno no logra lo que planea o como dice la canción –todo tiene su final-  que importa ya no va al caso hablar de amores pasados…  por ahora no.

                Las semanas posteriores, casi disciplinadamente me dediqué a escribir y a corregir algunas  faltas gramaticales y de sintaxis y  a lo largo de los meses mandé muchos artículos y  sin presagiarlo había pasado más de un año mandando con o sin frecuencia mis sensibles acontecimientos o historias de amores sufridos y  fue de repente la costumbre que  ya me había olvidado de adquirir mis ejemplares  ya que uno que otro lector me agregaba y saludaba la manera que tenía para explicar mis sucesos… No pude pasar inadvertido y  mi hermana empezó a leerme también. Ella se encargó de coleccionar algunos ejemplares que de cuando en cuando comprábamos… también cuando publicaba algunas notas que me parecían extraordinarias y no las obtenía, iba con esmero a la biblioteca municipal en busca del diario, para al menos sacarle una copia… y así no perder la continuidad de la colección.

                Creo que  publicar en la Industria es una experiencia para contarla, de ahí  que aprovecho para retribuir las tantas columnas llenas con mis extensas encíclicas, como suelo decir  al estilo colegial… en fin, hoy a parte de mis agradecimientos, quiero cumplir promesas…

                Aunque la verdadera causa de hoy día es la muchachita de cabellos ensortijados (Lourdes R.a quien llamo de cariño Lu? ) que tarde o temprano fue una suerte de fan…

                Es como a los cantantes se les presenta una fan enamorada, creo que estos días  después de largo tiempo alguien me agregó y medio que andaba confuso de sentimiento y zas volví a confiar en alguien así de rápido, -será que necesitaba compartir mis pequeñeces-  Me levantó el animo saber que volvía a las columnas de la Industria, y que ella sobre todo,  ella  haya leído mi  descomunal historia, en primer momento su correo me parecía algo impreciso  -ni yo lo entendía- , se llama Lourdes tiene dieciocho años, ni bien empezamos a conversar, indagué su hi5 y me robó una sonrisa y me hice alas… le dejé un comentario, me pidió el numero del móvil yo hice lo propio y como dicen por ahí: “las casualidades no existen”, todo está predestinado porque resulta que mi hermana ya había conocido a Lourdes algún tiempo atrás -eso me dio mucha  fe- y entonces me puse a ver las fotos de su hi5 y mientras desplegaba el cursor por entre sus ondeados cabellos  me daba risa  y decía mentalmente:  “una fan enamora?” Que atrevimiento el mío  hacerla mi fan sin conocerla… de antemano  le estoy dedicando la presente porque telefónicamente se me ocurrió y porque tenía mas chispa de la que imaginé y sus carcajadas lo eran todo,  me encandiló  de repente y seguimos hablando tanto tiempo que ni siquiera advertimos que ya teníamos horas pegados en el fono… Yo pensaba en si encontré a mi lectora predilecta, o sencillamente a la persona que me iba proporcionar un ejemplar mas para la colección…

                Hoy por la tarde volvimos a escucharnos…

                Algo temeroso timbré mas de dos veces, hasta que me devolvió la esperanza oír  esa alegría tan suya que le caracteriza, y me dijo -no hay problema-  yo sonreí  y para  un costado de  la cabina se reflejaba mi satisfacción… es la fe de un día para el otro? Es mi promesa la que cumplo con estas líneas (le prometí escribir algo sobre ella) ¿que extrañezas con este chico verdad?  Entonces me decía para mis adentros -pobre Juan, te has vuelto de sentimiento fácil…-  tomé  la mochila, salí despidiendo aires de contentamiento y cuando estaba en clase por si  se me olvidaba  me repetía seguidamente  - va estar con el cabello suelto y una faldita color blanco-  solo me faltaba anotarlo, y ponerle un recordatorio en el celular… ¡que sea mañana!  Hasta ya me imagino: - estaré un poco tenso?, caminaremos un rato?,  quizá le diga gracias un beso en la  mejilla y hasta la próxima…?-  no eso no…

                Mejor que pasen las cosas a estar esperando a mañana, me pregunto si ya te cansé?  Es que van dos paginas, me dan ganas de reír a tu lado…(que confianzas no? Como si te conociera de tiempo no? ),  es que sigues concentrada aquí… lo prometido es deuda no?, ya ves estoy aquí esperando haberte gustado un poquito con estas  confusas líneas que escribo… 

                Me llamo Juan Gálvez, no es tarde para empezar de nuevo…  los escritores nos merecemos una oportunidad? Y si es la última vez que nos vemos, estoy cumpliendo mi promesa verdad?  Además  ya le regalé a mis ojos la dicha de conocerte por medio de fotografías…

Trujillo 08 de mayo de 2007