Estoy cansado
decía el caminante
a su conciencia.
Ando buscando
la esencia de la vida
y no la encuentro.
Pero prosigo,
no paro en este empeño,
es mi destino.
Yo, su conciencia,
trataba de animarle
con mi sonrisa.
Iba a sus labios,
buscaba sus palabras
y las besaba.
Iba a sus ojos,
brincaba en sus pupilas
con mis caricias...
Estoy cansado,
de nuevo repetía,
pero no importa.
Debo seguir,
cruzar nuevas fronteras
y sendas viejas.
Debo alcanzar,
por mucho que me cueste
rozar tu amor...
Rafael Sánchez Ortega ©
12/08/21