La calma se agitaba sufriendo larga espera
la arritmia aceleraba mucho antes que naciera.
Llegando aquella tarde nació el fruto esperado
y el corazón alegre se sintió anonadado.
El júbilo me puso sonriente y encantado
al mover su boquita con su mentón rosado.
¡Qué linda muchachita nacía con ternura!
¡Qué lindo regalito con toda su dulzura!
Las manos de su madre son manos de alfarera;
y el verso de su padre con susurro adorado,
fluyendo iba amoroso sobre aquella criatura.
¡Belleza de natura!
Los hijos son los frutos que siempre deseamos;
también son los tesoros que cuidamos y amamos.