Era tan hermosa,
hermosa como esa Flor.
Sus pétalos irradiaban
por todos lados amor.
Siempre se iluminaba
cuando estaba al sol,
y un poco se marchitaba
con la falta de amor.
Todos la miraban
y la envidiaban en cada albor.
Por la forma en que brillaba
enamoraba a su alrededor.
Es que esa mujer que amaba
era igual que una Flor.
Enamorando con su mirada
cautivando con su color.
Un Principito la adoraba
porque era su Flor.
Y yo a ella la amaba
porque era mi gran amor.