Nos amamos sin palabras,
sin prisas ni cordura,
en esa pausa atemporal
que nos hizo eternidad el alma.
En ese claro oscuro
que nos obsequió la luna
al caer las sombras,
en ese espacio nuestro
dónde cada beso y caricia
es poesía tatuada
sobre el lienzo
policromático del tiempo.
Nos amamos cada tarde,
piel con piel, beso a verso,
en la alborada ámbar
y en la silente sombra
de una noche eterna.
Rossi Er Escritora
Colombia
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