Desde que llegaste yo te amo.
Hacia las paredes del cielo crece el rocío,
emigra el sonido del beso en la noche oscura.
Bajo la enredadera del tiempo yo crecía
solar y petulante, puro como una raza.
Hasta que tú me viste, con tu ojo de luna,
sosegaste el fuego y humillaste las estrellas.
Desde allí llegaste y yo te amo.
Te amo y en vano canté desahuciado a tu olvido
¿Cómo osarme a tal cosa, si estabas en el viento?
¿Si te amaba como el cielo al mar, como la sangre al vino?
Cayó la hora para mis ojos errantes
que buscan, inocentes, tu corazón punzante.
He visto cómo la luna descansaba en tu alma
y vi cómo tu amor, como siempre, se alejaba.