Hubo una noche en el río,
era bien de primavera
y sentí que el amor brotaba
crecía y se mudaba
del sol a las flores
del agua hacia el alba.
Se abría como los pájaros del monte en pleno viaje
como raíces que abren las genealogías
y las sangres y la savia del mundo.
Se abría como historias que nacen de las letras
como ángeles del sueño
que iluminan la noche oscura
con el alma en canto.