Era una estancia sin tiempo,
en la calle la garua
espera ciega de vida...
espera que pase un Dios
para mojarlo de olvido
al son de la triste escarcha
del cansado bandoneón.
Hay una tele pequeña
y un pequeño mostrador,
y con suave borrachera
Goyeneche esculpe amor.
Sigue en su baile finito
la garua , que va cayendo
limpiando los adoquines
de la calle en que los besos
fueron cosa de los dos.
Paco José González