Reposaba a la sombra de un manzano
una tarde de junio calurosa,
observé que una bella mariposa
se detuvo, espléndida entre mi mano.
Mariposa que vino de un gusano
que deduje en hazaña portentosa,
y ante aquella criatura tan hermosa
me sentí enternecer, cual franciscano.
Y pensé en esta cosa tan curiosa,
que distante sería a los humanos
mutación francamente milagrosa.
Y qué opuesto egoísta y qué lejanos
pues nacemos y somos mariposa;
y llegada la parca, solo gusanos.
Claudio Batisti