Ben-.

Un cuarto angosto-.

Ahí, mitad silencio,

mitad, nada. Una

pequeña voz. El

sol. Un cuarto angosto.

La luz salvadora

o cegadora, inmune

a su gélido reflejo

por instantes.

Cuántos quedarán, cuántos

resistirán? Qué relámpago

se abrirá paso entre los pliegues

de su mente dolida? Después

de tanto, todo o nada.

Lo de siempre,

servido como siempre-.

 

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