Murió sin decir nada,
Murió perdida en el tiempo,
madre, abuela y hermana
y una hija de dos suelos.
Murió como todos mueren,
cansada y con recuerdos,
siguiendo la luz del dia
y de noche los luceros.
Murió atada a la almohada,
hundida en su silencio,
mientras sus ojos miraban
rostros en cuerpos ajenos.
Murió una muerte ligera,
entre olvido y sentimiento,
y sin saber donde estaba,
sonrió antes de irse lejos.