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La muerte y yo

Ya no te busco como, hace tiempo 

Tampoco me preocupa tu remanso

De después sin tiempo, estoy calmo

He atravesado huracanes, he conocido el infierno 

Ese infierno que me habita

En un rincón oscuro del cerebro 

 

Se que no falta mucho, para que vengas. 

Aquí te espero, para verte los ojos que nunca encontré en ellas 

No saldré corriendo ni lloraré implorando 

Me quedare  anclado en tu cuerpo blanco

En tu pelo largo y negro 

En tus labios rojos, me perderé en tus senos

 

Después de todo

En este mundo o en otro 

Siempre anduve buscando 

Donde quedarme encendido 

Aunque sea un instante,  de un amor eterno...