Y fue verdad
y el cielo y las estrellas
nos saludaron.
Éramos niños
jugando como adultos
en nuestra infancia.
Y respondimos
al cielo y a la noche
con un suspiro.
Ábreme el alma,
decían en silencio ,
los corazones.
Y se miraron,
hablaron sin palabras
en un momento.
Surgió la magia,
la luz en las pupilas
y hasta el amor...
Hoy, en presente,
miramos las estrellas
y hasta lloramos.
Se pasó el tiempo
de amar y de los sueños
sin darnos cuenta.
Pero te invito,
vivamos este tiempo
sin tener miedo.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/21