jureme
en ese instante
Contigo me perdí, aquella noche
cuando por piedad, te di la mano
Me pediste, que subiera al coche
ignorando de ti, todo tu arcano
Así después, a tu casa me llevaste
y estando allí, tú me sedujiste
Sin cuenta, darme tú te desnudaste
y que fuera, a tu cama me pediste
Y al ver, de tu cuerpo la escultura
como cordero, acudí al matadero
Ignorando, cavaba mi sepultura
pues en la trampa, del deseo caí
Ya luego, del hecho consumado
con cinismo me dijiste, tenías sida
Que, por lo tanto, estaba infectado
y en ese instante, desgracie mi vida.