Y yo que no sabía
que de ella yo era el norte y su guía.
Me alucinaba en las noches y en el día,
me pensaba sin parar,
¡Vaya! Que me quería
¿Y si era yo su vida?
¿Habrá llorado mi partida
y que no la haya buscado desde aquel día?
¿Y si la tenía?
¿Entonces por qué me pediría
que me fuera porque ella no creía
que lo nuestro a buen puerto arribaría?
Después de todo quien diría
Que el más astuto de los tipos
Es cierto, muy iluso para ser tan tibio
Ese jazmín lo perdería
El, que se sentía
de el cariño un homenaje;
De el amor, un domador de lo salvaje
y al oído lo más dulce que se sabe.
Un mal día
conoció pero nunca valoró a la querida
En cuestión, infeliz ladrona de su vida
En realidad, amor que no merecía.