Parecía un matrimonio ejemplar:
Un hogar armonioso, hijos educados
Se hablaban tan lindo entre ellos
Nunca los miré pelear
Gente linda, de buenas costumbres
Es lo que yo podría de ellos decir
No cabía en mí una chispa de duda
Que juzgara mal su forma de vivir
Les llamaré Juana y Jorge
Para ocultar su identidad
No voy a divulgar sus nombres
Eso no me compete ya
Pero diré que un día encontré a Jorge
En la calle y con una copa de más
Y ante eso, que cosa podría yo hacer ?
Llevarlo a su casa y entregarlo a su mujer
Amablemente me invitaron, por cortesía pasé
Jorge me sirvió un trago y otro a Juana también
No miré a sus hijos por ningún lado
Y eso mucho valoré
El me pidió que bailara con Juana
Aunque algo renuente lo acepté
Y poco a poco a más me inducía
Al grado de ofrecerme a la mujer
Con que loco me encuentro? de inmediato reflexioné
Mientras él insistía e insistía y ella fingía dormitar
Busqué un pretexto y abandoné la casa
Para nunca más ahí volver
Hay tanto degenere en la vida
Que a veces se disfraza de gente de bien
Que malvada es esa luz que los orilla
A convertir en infierno su vergel!
Juana y Jorge se separaron
Que otra cosa podía con ellos pasar?
Él se refugió en la vagancia
Y ella en la calles a predicar