Soy medigo de mis sueños y esclavo de mi ansiedad, cada ves que miro tu fino andar, tu mirada tasiturna y tu cuello de marfil.
Estás ahí con la mirada efímera que se aleja como nube que la cosume el viento a los confines de mi fugaz pensamiento.
¡Oh! Como siento tu aroma que en las noches entre el jardín de mis sueños tu figura resplandece como Lucero matinal que a mi alma encandese.
Ben a mi bella musa, pasion de mis anhelos y ensueños cual esclavo de tu belleza inmuta tu figura mi corazón tortura, al despertar de este sueño de ilusiones y locura.
Lauro B.