LA DESPEDIDA
Porque quizás deberíamos
dejar de vernos
como la que ya no somos,
liberar las almas
y devolverlas al lugar
donde se unieron.
Echar el cerrojo para
que no entre la amargura
que acompaña a lo que acaba.
Y extender de nuevo las alas
hacia otros destinos diferentes.
Porque definitivamente
llegó la hora de la despedida,
el momento de dar
lo vivo por muerto,
y comenzar una nueva vida.