Las navideñas vitrinas...
rojos precios de usufructos
sus anaqueles evocan ofertas :
las Agendas rigen calendarios.
Olvidamos nuestro presente
por un instante deconstruido,
suplente del futuro inminente,
cercano, lejano o excluyente.
No nos sirve la memoria
agotada en complejidades
y un apunte con su historia
día y hora en venidera función.
Aguardamos los hitos de enero
todas licencias muy festivas,
febrero cálido mito carnavalero
y marzo, autumnal y nostalgioso.
Cronos ríe su rictus bocón
que la dimensión vitalicia
es perfumado, aromático jabón,
con fétido destino cloacal.
Agenda tan impresa se adormece
tardío deviene su exacto despertar
amnesias de quien se estremece
en cautiva ausencia recordatoria.
¿Para qué coquetas Agendas?
liberémonos de ataduras
viviendo sin porta vendas
…que alguien ¡ nos proveerá!