Brisa de invierno Te he sentido entre mi cabello como un soplo ligero, sin traer prisa te posas sobre mi como un cosquilleo.
Brisa de invierno aliada del viento porque me tienes tan contento. En mi recorrer por las vastas praderas, contemplo el silencio del firmamento; esperando un amor que llegara pronto o quizá en un siglo más. En mi pronta o tardía espera, me cuestiono y pregunto, si será parte de mis alegrías o yo de sus penas.
Has llegado y con las hojas de los arboles has acabado, el cerezo ha quedado desnudo despojándole incluso su alma en este vasto silencio. No hay comparación ni semejanza con la radiante azucena, que se levanta en cada amanecer trayendo consigo la esperanza que un día llegara ese dulce amor. Su belleza es contemplada como la pureza de la nieve, como la galante risa de un recién nacido y como el brillo de cada amanecer.
Hoy es día de celebración, ha llegado el otoño, y en su travesía nos dejará el radiante verano y el adormecedor invierno. Y, durante la anual vida, dos espadas dejaran desnudó a aquel bello cerezo por el levante con una rígida brisa y por el poniente con un frío adormecedor.
Las aves huirán buscando el calor, el día será más corto presagiando el calor de un nuevo amanecer. Bella azucena si tu brillo me dejo atónito; imaginarte con el iluminar de ese cálido abrazo por llegar, me deja perplejo a la espera de la mayor muestra de belleza. Ese ágape por llegar regocija mi alma, por que durante ese trayecto lánguido o bastó, es el amor el protagonista que brillará a la par de ti bella flor “Mi símbolo de amor”. Y ese nuevo brillo por llegar me mantendrá firme, ya que tocará mi alma con la delicadeza de su ser. Asimismo, izara la bandera del amor que un día contemple tardía, me brindará sobriedad y reclamará su eternidad ya que se adueñará de mi por completo.
By:Jorge M