Sigo tus pasos sobre el frío y mojado suelo de la ciudad, y puedo oler tu sublime perfume, esencia de la rosa más fragante y bella para mi olfato.
Escucho el palpitar de tu cálido corazón, el cual hace circular despojos de inocencia y nulos rastros de humanidad.
Puedo sentir tu respirar con la suavidad del viento en mi rostro, tú no me puedes ver, pero estoy ahí, detrás de ti, escondido de tus ojitos color avellana, esperando el momento adecuado para tu sombra tocar.
Lúgubre es el rastro de mi alma, la cual encadenada a las sombras de tu pasión, te buscan a cada momento, siguen tus pasos con la esperanza de una nueva vida a éste maltrecho corazón, poderle dar.
Eternas lunas.