De todos mis sentires de apego hacia el mundo,
priorizo el momento de mi vida en que me di a la mar.
Amo de la mar las sin reglas de sus vientos y de sus calmas.
Será por qué las prisas desordenan mucho las ideas
que yo no quiero ir dejando estelas de un navegar desorientado.
Es por eso que escribo a mi aire ¡sin prisas y sin reglas!.