Yo tengo entre mis labios un “te quiero”
prendido de memorias profanadas.
No es dulce, ni amoroso: es traicionero.
Es licor, del barato, pero embriaga.
No te enamores de mí, que no es sincero.
Es fugaz, cual primera luz del alba;
Es impulsivo y pasional: no verdadero.
No saldrá de lo profundo de mi alma.
Sólo quiero que te encuentres sobre aviso
y pedir me disculpes, de antemano.
Si te digo que te quiero, es que es un vicio.
No te ofrezco ni mi amor, ni compromiso
sólo el fiel deseo carnal de los humanos
y un instante de vulgar visita al paraíso.