Escucho un tenue murmuro
en ese murmuro encuentro
palabras con esperanza
a horas de dolor profundo.
Han sido noches harto difíciles
los párpados no logran unirse
el viento gélido pega fuerte
¿y las velas?, ¿dónde están?, ¿allá?
Velas en un rincón encendidas
son la única fuente de calor.
Los días no son tan diferentes:
nublados y también apagados
aislando alguna oportunidad
de ver majestuoso despertar.
Las veinticuatro horas van
parecen siempre ir en contra
de mañana despejada,
de una posibilidad.
El bolígrafo se niega
simplemente a redactar
un rudimentario ensayo
en un papelito pálido.