Si pudiera elegir
moriría un domingo,
en vez de un lunes o martes,
de lluvia y sol perdido.
O quizás un miércoles
desnudo de otoño sin amigos,
o un jueves de hojas secas
o un viernes mal dormido,
Pero no quiero morir un sábado
sabiéndome viejo y herido
porque al menos este día
quiero considerarlo mío.