Jose Luis Posa Lozano

LAS CORRIENTES DEL ALMA

Cuando el pozo se agota

hay que dar tiempo al tiempo,

no escarbar en la arena,

esperar que la lluvia nos bendiga,

que fecunde la tierra

y que el agua redentora

nos inunde cuerpo, alma y memoria

hasta que el pozal retorne

al brocal de la historia

pletórico de vida y sentimiento

lágrimas, risas, zozobras.

 

Las corrientes del alma

discurren subterráneas y candentes

como ríos de lava,

emergen, explosionan y se ocultan

horadando la tierra,

Incendiando cuanto alcanzan con sus lenguas

espumosas y eternas

a la espera de hallar una fisura,

una falla, una grieta,

un cráter por donde arrasar tus ojos

con sus lágrimas ciegas.

 

No le cierres el paso

que discurran también a cielo abierto

hacia el mar del olvido

porque siempre estarán, incandescentes,

inundando el camino.