Conmigo, vestida de silencio, recubre la paz mi aposento;
sintiendo las horas decantarse bajo algodones en crecento;
sin temor, pero con fervor reverencial… siento tu presencia;
hoy sé que estoy destinada a servirte a través de los demás.
Me das el talento de perderme en el mundo del conocimiento,
quizá me cuesta trabajo entender, pero soy realmente tenaz
cuando de ayudar a otros se trata; ese es mi entretenimiento;
me hace despojarme de mi para vestirme de la piel de los otros.
Conmigo, buscando en tu palabra el motivo de mi razonamiento;
interpretar es difícil cuando mi experiencia es un tanto dogmática;
sin embargo, me esmero en reflexionar sobre el porqué y el cómo
para descifrar los enigmas que se presentan en cada problemática.
Tú, aclaras mis lagunas y allanas los pantanos del pensamiento;
abres brechas y senderos, para desenmascarar los misterios;
me rodeas de tus ángeles que me inspiran y guían mis pasos,
aunque a veces la senda sea oscura, me proteges en todo momento.