Puesto que el sueño sólo es tiranía
y oligarquía de mis musas blondas,
si mi amor te persigue no te escondas,
que tiende a disiparse con el día.
No me impugnes mi inocente teoría
fraguada entre mil oníricas ondas:
mi amor, como las rosas más orondas,
se irá con la canción que progne pía.
No se tornan los limbos cerebrales
sino quejas al toque de la diana;
¡así huyen al trombón los animales!
Por tal no temas mi insistencia vana,
que se fulminan los amores tales
con la chispa del sol de la mañana.