En las aceras imaginarias del camino
donde atropellan pájaros dormidos
sombras que danzan en febril delirio
le rinden culto al compás y al martillo
en algún recodo sombrío esta latente
como eco casi olvidado o perdido
la brumosa memoria del presente
que devela misterios escondidos.
El cuerpo se distancia de la mente
vertiginoso viaje desafía la gravedad
la mirada envuelve los continentes
alma y espíritu en febril ebriedad
la visión se torna transparente
un extraño frenesí recorre venas
un silencio de locura aparente
deja al cuerpo liberado de cadenas
como si dejaran de cantar los grillos
o una locomotora pasara por encima
en silencio sordo de miles de martillos
un ave presa en volar se empecina.