LA HORA MUERTA
Sin elegir donde vivir, permanecemos, más no viviendo, todo lo que hacemos debe conectarnos con la tierra, con la madre tierra Para devolverle algo de todo lo que nos ha dado por qué es lo que anhelamos para nuestra descendencia. .
Indistintamente el papel que juguemos en el mundo todos somos la misma conciencia y entenderlo es el primer paso, no tiene nada de mágico, creer o no creer es opcional, nunca deberá ser determinismo, es estrictamente ADN, es evolución, su Adán y Eva son el ego y sus necesidades
No hay un ser necesario que gobierne un universo que se crea desde la nada, es muy poco posible que un solo ser supremo haga todo esto.
Lo que hay es una profunda duda obvia que genera miedo, oscuridad que hace aceptar lo fácil , lo inmediato, lo poderoso, en los últimos mil años no hemos cambiado mucho, El Pareto sigue inamovible: Muchos pobres con hambre y miedo y un puñado de acaudalados que siguen siendo los mismos que poseen toda la riqueza.
Pero en la esencia somos lo mismo, somos válidos e inválidos todos: Criminales, corruptos, violadores, políticos, ladrones, los malditos dictadores, los miserables bajo los puentes, los malditos secuestradores, los revolucionarios fracasados, todos somos de la misma especie, nacemos y morimos y nada pasa antes ni después, en medio queda lo construido en sociedad y en la conciencia que muere o se queda en el subconsciente colectivo cuando partimos, si es que partimos de alguna manera.
Pero parece que es importante creer en algo, más no lo sería si no nos obligaran a eso.
La única utopía válida es la que nos hace ir hacia el horizonte colectivo ahí es donde ya no somos especie biológica, más no en lo individual porque somos como basura que se recoge a ella misma todos los días, porque es el espacio el que se expande no así sus cuerpos, estos permanecen inmóviles, no pueden escapar del universo, ni los accidentes gravitacionales que se generan como nuestro planeta pueden escapar de él , el mismo universo no puede escapar de si, incluso sus bordes están dentro de él.
Se puede jugar con Dios, de echo se hace todos los días, siempre hay alguien diseñando y vendiendo falsos cielos e infiernos, pero, no se puede jugar a ser Dios, al menos no para el 99% de la población, ese privilegio lúdico está reservado para los faraones egipcios y el 1% de los archimillonarios.
Es perfecto y extraño como los procesos químicos del cuerpo animal provocan reacciones que el humano puede saborear y sentir.
En un evento de violencia todos reaccionamos con miedo pero el animal no sabe que lo siente, el humano incluso lo clasifica, se paraliza, ataca o corre por la misma razón \"miedo\", brutal y hermosa forma de enseñarnos que el amor de nuestras vidas también es nuestro más grande e infalible verdugo, la pacha mama
Somos prisioneros de su geografía, la economía, la política, el capitalismo, la depredación medioambiental y la religión radicalizan y recalcan las fronteras y hacen crecer los huestes y la intransigencia.
Ser a su imagen y semejanza no puede tomarse tan a la ligera, hay que reflexionar que o quien domina esa vacuna occidental , pues no hay semejanza alguna con ese ser necesario, salvo en la lenta y constante evolución o la modelada por Freud.
Relación primigenia a consciencia individual.
Antes de creer y vivir con miedo y aceptar la promesa de cielos e infiernos eternos hay que probar la existencia de su creador, ese es un sueño reparador y la perspicacia de la regla de oro, \" todo acaba.
Como lo resume Sartre en su reflexión: \" Es difícil decir que estoy bien. Pero tampoco puedo decir que estoy mal... mi oficio de escritor está completamente destruido... En un sentido, eso suprime mi razón de ser. Debería estar muy desanimado y, por una razón que ignoro, me siento bastante bien: nunca siento tristeza ni melancolía cuando pienso en lo que he perdido... Es así y no puedo hacer nada; por consiguiente, no tengo ninguna razón para afligirme. He pasado por momentos penosos... Ahora, todo lo que puedo hacer es conformarme con lo que soy\"
Santos y pecadores reales o imaginarios, escarpamos de los confines de la escuela es la correcta revolución.