Mientras viajé, me detuve en una esquina
al recordar yo quién era sin lo mío,
puse viento en mi suspiro y fue Sabina
el constructor y escritor de mi vacío.
Recordé que tengo vida repentina
y propuse ya esconderme en lo sombrío;
nunca supe de mi lira cristalina
y busqué desesperado al gran Darío.
Me introduje en lo profundo de mi río
y cortaba hasta sin rumbo la colina;
tuve sueños de mi extraño desafío
que hasta tengo la conciencia de madrina.
Me senté desconectado y decidido
a la espera de la estrofa del pasado;
y no volví a concentrarme en el olvido
para darle la sorpresa a mi cuidado.
Y leí perseverante a los Machado
con sus ligas del soneto por su nido:
Hubo dicha placentera de mi estado,
que a Rubén junto a Sabina yo he leído.
Me levanté ya orgulloso y consentido
por las letras que se entonan con agrado,
soy amigo de la lucha que he vencido;
agradezco la confianza que me han dado.
Samuel Dixon [22/11/2021]