Y Cruje la Leña
No dejes mirar la fogata,
ésa que se llena de llama ardiente,
y con la llama y que cruje la leña,
con el fuego de tus silencios,
no dejes callar mi boca,
con una perfecta llama,
si llamas a mis labios,
es esa hoguera que enciende y palpita,
cuando voluptuosamente arde el fuego en ella,
y cruje la leña, y si dejas mirar a mis ojos,
ojos de ensueño cuando por tí soy el dueño,
de esos labios que se encienden latente,
débil, pero, hábilmente,
por ese fuego en que cruje la leña en el fuego penitente,
no dejes de mirar mi boca que te llama,
y dice que hay fuego en la fogata…