Ya no quiero recordarte en la nostalgia…
hoy hay luz,
tibia calma que serena,
melodía que se abstrae en el sosiego.
El dolor se fue extinguiendo con tu albor,
y tu amor logro vencer mi decepción.
Ya no quiero deprimir esta pasión,
ni invadir de más tristeza la razón.
Hoy hay luz,
una fuente luminosa de quietud,
un remanso de armonía y devoción.
Hoy hay paz.
Siento en mí tu manifiesto de bondad.
No fue fácil continuar…
te confieso que hubo días de total devastación,
derrotando en el cansancio,
extraviado en la impaciencia,
encerrado en el silencio,
asediado de esta inmensa soledad…
que hasta quise terminar con la ansiedad.
Noches largas de amargura…
invadidas de desvelos,
y mañanas agobiadas…
abrumadas de total desilusión.
Pero ahora es diferente…
hoy hay luz,
florescencia que clareo mi desazón,
lamparilla que destella de color.
Entendí que tu cariño me sano.
Tu paciencia pudo más que mi aflicción,
y tu inmenso sentimiento encendió otra vez mi corazón.
He logrado trascender a lo inmortal,
sigue viva tu entrañable calidez.
Como siempre…me has podido sorprender…
con tu apacible lucidez.