Por amor supe que se vive
y por amor aprendí
que se vive muriendo.
Se vive en unos ojos encendidos
y se muere en esos ojos esquivos
que observan de reojo
como es que yo los miro.
Se vive en unos labios
que de embriagante licor rebosan
y se muere cuando los mismos
en otras bocas se posan.
Se vive en las mañanas
cuando el trino de una voz te arrulla,
se muere en las noches vanas
cuando atroz el silencio aúlla.
Se vive de martes a viernes
y en sábado de amor se agoniza,
se muere el domingo en la tarde
y en lunes se esparcen cenizas.
Se vive cantando alabanzas
al gran amor de tus sueños,
más, réquiem se vuelve el canto,
si de ese amor no eres dueño.
Se vive cuando se ama,
cuando se ama también se muere
amando se vive muriendo
se vive cuando se quiere.
-. PaR
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24112021