Leoness

Triste, el vacío

Triste, el vacío que encierra

Los embarrados caminos letales

De ciénagas humeantes, arrabales

Asomados a profundas brechas

Por entre lechos ígneos de alabastro

 

Racimos de voluntades maltratadas

Pululan a la luz de la asombrosa noche  

Las estrellas en estáticos movimientos

Acontecidos de erráticos pensamientos

 

La boreal tormenta exprime las vidas

Cuantos conmocionados sentimientos

Al éter de las almas extraviadas, perdidas

De volátiles cuerpos maltratados varados

 

Serpentean las aterradoras ideas vanas

Que sintetizan ruinosos campos

Por entre inquietas sombras clandestinas

Hasta cumbres tenebrosas misteriosas

Hacia lechos de ríos miserables oscuros

 

La venganza se resarce con garfios

En mortal combate por lograr el podio

Envenenado de lujuria en epitafios

Penetrando en nuestros cuerpos, inertes

Derritiendo el ámbar de nuestras mentes